La tecnología se convierte en un complemento que ofrece otra perspectiva de aquello que vemos en los museos a través de las macrofotografías de los cuadros y aplicaciones desarrolladas a medida. En este caso, el Museo de Bellas Artes de Bilbao ha querido darle un marcado carácter lúdico.
La participación del visitante de manera activa, como en otros aspectos de la cultura o el ocio, se ha convertido en elemento imprescindible para atraer al público y hacer más accesible el discurso museístico.